El Parlamento Europeo aprobó este miércoles 10 textos legislativos para reformar la política europea de migración y asilo, con lo cual endurece la política comunitaria en esas materias, de acuerdo a denuncias de organizaciones de derechos humanos.

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Los Gobiernos de la Unión Europea alcanzaron un acuerdo en materia de inmigración en el mes de diciembre y ahora esperan el voto favorable del Consejo de la Unión Europea, órgano en el que se sientan los representantes de los gobiernos de los 27 Estados miembros.

Los principales partidos políticos deseaban garantizar un acuerdo antes de las elecciones en toda Europa del 6 al 9 de junio, teniendo en cuenta que la migración es un tema de campaña y la nueva reforma aborda pautas relacionadas con un asunto que ha dado votos constantemente a los partidos de extrema derecha.

Durante la cita, los miembros del parlamento aplaudieron la aprobación de la reforma. La presidenta de la Eurocámara, Roberta Metsola, expresó que «Se ha hecho historia. Hemos entregado un marco legislativo robusto sobre cómo abordar la migración y el asilo en la Unión Europea”.

Las palabras de Metsola fueron interrumpidas por un grupo de activistas que estaban en el palco del público, quienes gritaron en contra de las medidas y lanzaron aviones de papel a los diputados que se encontraban en el hemiciclo.

Por otra parte, el español Juan Fernando López Aguilar miembro de Partido Socialista Obrero Español (PSOE), consideró que era un voto decisivo y que «es mejor que dejar las cosas como están, abandonando a los Gobiernos europeos a su suerte».

La reforma introduce dos vías de solicitud de asilo, una, utilizada hasta el momento que prevé un eventual proceso de expulsión de varios meses, y la otra establece un proceso de un máximo de 12 semanas y los inmigrantes serán alojados en instalaciones especiales.

Con estas medidas el solicitante de asilo deberá ser incluido en una base de datos que evitará que una misma persona presente varias solicitudes. Además, deberá pasar por un control sanitario y de seguridad, que incluye huellas dactilares e imagen facial.

Si la solicitud no es aceptada los inmigrantes tendrán que ser acogidos en terceros países, o en el peor de los casos, repatriados.

El pacto incluye el mecanismo de solidaridad obligatoria, donde todos los estados están llamados a participar, y en caso de que un país rechace la entrada de personas pueden pagar cuotas monetarias a un fondo común que se destinará a las repatriaciones.

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